CIUDAD DE MÉXICO, México, a 14 de octubre de 2020. A raíz de los cambios y exigencias en la estructura de trabajo provocados por la pandemia, la industria de manufactura, que genera alrededor de 4 millones de empleos en el país presenta nuevos desafíos para las áreas de gestión de capital humano. Los nuevos escenarios plantean una necesidad de generar una estructura de trabajo inteligente, que garantice el bienestar de la fuerza laboral y atienda las nuevas tendencias en el sector.
De acuerdo con un estudio realizado por el Foro Económico Mundial, a partir de la pandemia, las principales iniciativas realizadas en el sector de manufactura fueron destinadas a brindar apoyo a la fuerza laboral, siendo el uso obligado de cubrebocas, acompañamiento en bienestar emocional y restricciones de contacto en el lugar de trabajo, las principales acciones realizadas. Atender estas prioridades requiere un impulso importante en la adopción tecnológica, ya que permite contar con una gestión de la plantilla laboral de forma ágil y en tiempo real.
La importancia de la salud mental en la “nueva normalidad” de la manufactura
En el proceso de reapertura, la salud mental de los trabajadores será otro tema central para la mayoría de las organizaciones. Los colaboradores no sólo se enfrentan a un escenario de incertidumbre económica y de miedo al contagio, sino a niveles de estrés por las medidas del confinamiento que han llevado a un alza en cuadros de depresión y ansiedad. Esto significa que, para retomar actividades, se requiere generar una estrategia de acompañamiento psico-social que considere una comunicación constante y abierta entre los colaboradores, para poder actuar en consecuencia de forma inmediata. Un estudio de Gartner identifica que, a raíz de la pandemia, los empleadores ampliarán su involucramiento en la vida del personal para brindar un enfoque más humano a sus relaciones.
Nuevos retos y oportunidades para México en el contexto global
Otro de los temas clave para la reactivación de las organizaciones manufactureras es el nuevo acuerdo comercial T-MEC, y en particular, su capítulo laboral. Este apartado del nuevo tratado internacional incluye disposiciones específicamente orientadas a evitar que México busque competir por las inversiones manufactureras con la estrategia de ofrecer un entorno laboral laxo, y que abordan temas sindicales y mecanismos de negociación colectiva.
La incorporación de “observadores” trilaterales para evaluar el cumplimiento de estas disposiciones representará un reto a corto plazo para las empresas mexicanas, pero también una enorme ventana de oportunidad en un medio ambiente global que tiende hacia la integración de cadenas de suministro inclusivas. Para que las empresas puedan cumplir con estas nuevas regulaciones y sumarse a las cadenas de valor trilaterales, es vital contar con un acceso consolidado de la totalidad de la plantilla laboral que permita compartir la información de forma rápida. “Migrar los sistemas de recursos humanos a un sistema en la nube permite agilizar tiempos y reducir costos, ya que permite integrar la totalidad de la fuerza laboral, tanto como colaboradores internos, externos y sindicalizados” comentó Maricarmen Ballesteros.
En el contexto internacional marcado por el reordenamiento de las cadenas de suministro, México se encuentra en una situación privilegiada, de acuerdo con World Finance, ya que es uno de los cinco países mejor posicionados para convertirse en uno de los mayores centros manufactureros del mundo. En una gran proporción, estos desafíos y oportunidades requieren una gestión de la fuerza laboral inteligente, que aproveche el impulso de la aceleración digital, para abarcar los procesos de recursos humanos y, que, a su vez, permitan al país posicionarse en el mercado global.
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